Novelda

[…] Sería de grandísima utilidad la creación, en nuestra ciudad, de un Museo Comercial […] como una exposición constante, un económico y continuo anuncio y una eficacísima propaganda de productos. Por el Museo Comercial se conseguiría difundir notablemente nuestra floreciente industria y acreditado comercio, á la par que el acrecentamiento de aquella, aumentando el espíritu de competencia entre los industriales, ya mejorando la condición y calidad de sus productos, ora presentándonos de manera más artística. Y así, aguzando el ingenio de que es capaz nuestra peculiar raza, los productos agrícolas é industriales de esta ciudad se abrirían paso más allá de donde ha pisado el genio aventurero de intrépidos noveldenses en número inconcebible. Con tal moderna exhibición constante, completamente desconocida en nuestra patria, expondríamos nuestros encajes, azafranes, mármoles y piedras de construcción, vinos, conservas alimenticias, etc., y los muchos visitantes que cotidianamente y en las fiestas centenarias convivan con nosotros, serían portavoces de nuestra adelantada producción».

El Nuevo Cruzado, el 31 de agosto de 1912 “Una idea. Museo Comercial en Novelda”