Petróleo y cemento

La posición geográfica de Alicante, con el puerto y bahía, hizo que a finales del siglo XIX se establecieran las primeras refinerías de petróleo para abastecer de combustibles fabriles y posteriormente, a la automoción en la zona de Levante.

La Compañía Anónima Alicantina de Cementos Portland, con fábrica en San Vicente del Raspeig, establecida en la década de 1920, con capital de cinco millones de pesetas, llegó a producir unas 80.000 toneladas anuales de diferentes tipos de cementos, blanco y gris, bajo su marca El Calamar.

Petróleo y Refinerías

Deutsch y Compañía, en 1900, anunciaba su refinería en Alicante como La Británica, ofreciendo petróleo de calidad superior y de refinación especial, inflamable, de la marca El León para producir una luz brillante, de una forma inofensiva como el aceite vegetal, que ardía en todas las lámparas hasta la última gota sin ningún olor, sin que disminuyera la intensidad de la llama y relucía una luz espléndida. Se ofrecía en bidones de 5 litros con grifos precintados.

Fourcade y Provot, empresa establecida en Alicante a principios de siglo XX, con casas además en Barcelona, Bilbao, Madrid y París, producía el petróleo marca Diamantina y el gasóleo, marca El Clavileño. En enero de 1909 dichas instalaciones fueron visitadas por SM Alfonso XIII en una de sus visitas oficiales a la ciudad de Alicante, comprobando todas las operaciones que, con gran delicadeza, se realizaban en la fábrica, siendo obsequiado con un bidón de cinco litros, con esencia para automóviles.

Posteriormente, a partir de 1922, Industrias Babel y Nervión CA, con 20 millones de pesetas de capital, es quien explota el negocio de refinería en la capital, continuando con las marcas Clavileño y Diamantina para sus productos como diésel, bruto, petróleo, gasolina y aviación.

Refinería Española Marca León. Alicante

Yesos y cementos

La Compañía Anónima Alicantina, en 1927, publicó los ensayos realizados para sus productos en los laboratorios de Madrid, Londres y Berlín, entre otros. Con esta iniciativa comienza la vinculación de la ciudad de San Vicente del Raspeig, con este producto que revolucionó el siglo pasado.

En 1931, conocemos la iniciativa de establecer la Compañía Oriolana de Cementos SA, con la marca Escoda. Ese mismo año, divulgaron los informes de un laboratorio alemán que afectó sobre las muestras enviadas. Además del coste aproximado para establecer una fábrica con capacidad de producir diariamente 100 toneladas, por la vía seca, trabajando con un horno rotatorio Krupp.

En la provincia de Alicante también se desarrollaron diferentes industrias para la producción de yesos y cales, en poblaciones como Crevillente, Elche, Villena, Novelda entre otras además de en el entorno de la ciudad de Alicante. La Unión de Caleras Reunidas a principio de la década de 1930, disponía de fábricas en Altozano, Camino del Cementerio Viejo y en El Clot, en el término de San Vicente. También conocemos la casa fundada en 1918 de la familia Lillo de San Vicente, que en la década de 1960 estando al frente de la misma, Carlos Lillo Aliaga, mantenía fábricas en San Vicente, Jijona, Agost y Muchamiel.

Beltrá Torregrosa, David; Quiles López, Verónica; Ponce Herrero, Gabino (coords.) (2019). Made in Alicante. Made in Sax. Alicante. Universidad de Alicante, Colección Picayo 12. ISBN 978-84-1302-059-4, 90 p.

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