Economía de Guerra, paralelismos

Confinamiento por Pandemia Covid-19

David Beltrá & Verónica Quiles

1 de abril de 2020

Cuando te acercas a conocer la Historia de España del último siglo, percibes que hubo momentos extremadamente difíciles para las generaciones que la vivieron. Además, la convivencia intergeneracional, te ayuda a conocer de primera mano las vicisitudes que tuvieron que sufrir durante un periodo tan excepcional, como la Guerra Civil Española.

Nunca pensamos que podían salir de nuevo a la palestra, desgraciadamente, conceptos como «Estado de Alarma», «Confinamiento», «Intervención» y «Requisa» y menos, que lo viviésemos en primera persona.

En los fondos del Museo Comercial, existe una original y representativa muestra, documental y de objetos, sobre la Guerra Civil, y especialmente, de cómo se adaptaron los diferentes sectores económicos de nuestra geografía para poder seguir produciendo y en su caso, la mayoría, organizados bajo la dirección de los sindicatos predominantes, en servir tanto a la sociedad civil como las necesidades del «frente».

Así pues, sectores como el textil, papel, calzados, tabaco, siderurgia, juguetes, turrones, bebidas, alimentación en general, agricultura y cualquier industria representativa, se organizaron bajo la fórmula de industrias «Colectivizadas», «Socializadas» o «Incautadas», según el interés estratégico de las mismas para el Estado. Toda una provincia, que ya contaba con buenos ejemplos de industrialización, se puso en marcha y utilizó también el Puerto de Alicante como entrada de granos y expedición de productos exportables.

Hoy, en democracia, y salvando las distancias entre anteriores épocas y motivos, estamos conviviendo en un momento donde de nuevo, nos encontramos utilizando y practicando positivamente, la terminología de «Economía de Guerra».

La sociedad civil se ha volcado en ayudar y colaborar desde sus casas a paliar las dificultades del momento. Mascarillas cosidas por aparadoras y amas de casa, protectores impresos digitalmente por nuevas generaciones de impresoras dirigidas por los más jóvenes, agricultores que rocían y desinfectan las calles con sus tractores, donaciones particulares.

Además de la ayuda directa de muchas empresas, directamente con sus producciones textiles para batas de seguridad, mantas para hospitales, calzado antibacteriano, reconversión de ciertos sectores para poder fabricar lo más necesario en el día a día de los hospitales, destilerías que fabrican geles y soluciones alcohólicas, hoteles medicalizados, apartamentos para los profesionales de la medicina, alimentos para los más necesitados, automóviles para desplazamientos.

Una suma necesaria, público y privada, donde los términos incautación y requisa, dan paso a los de solidaridad, compromiso social y mecenazgo privado.

En la obra, El Arte de la Guerra, del general-filósofo chino Sun Tzu dice:

«Si conoces al enemigo y te conoces a tí mismo, no tendrás dudas de tu victoria».

 

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